17.9.06

López Obrador Presidente legítimo de México

¡Hola!

¡Estamos haciendo historia!

Este 16 de septiembre del 2006 se realizó la Convención Nacional Democrática, cuyos miles de delegados desconocieron a Felipe Calderón como presidente electo y en su lugar eligieron a López Obrador como Presidente legítimo de México.
Cabe destacar que esos miles de delegados fueron las representaciones de asambleas populares de todos los estados del país, movimientos sociales, asociaciones civiles y políticas y del Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Convergencia.
Esta Convención Nacional Democrática nos evoca la Convención Revolucionaria de Aguascalientes en 1914, la cual enfrentó dos problemas fundamentales; la elección de un nuevo presidente interino y establecer la armonía entre Villa y Carranza.
La elección de presidente recayó en Eulalio Gutiérrez y el relacionado con Villa y Carranza, la Convención determinó que ambos renunciaran a sus respectivos cargos.
Villa aceptó, aunque de hecho seguía controlando a su gente y Carranza, quien juzgaba que la Convención de Aguascalientes era ilegal, sin esperar los acuerdos tomados por sus propios delegados, salió rumbo a Veracruz donde estableció su gobierno.
En cuanto los otros jefes carrancistas se enteraron de que el Primer Jefe había partido para Veracruz, abandonaron la Convención para seguir a Carranza ante los inútiles esfuerzos del presidente Eulalio Gutiérrez para que regresaran.
Dicha convención trató de evitar la escisión entre las facciones, decidir quién gobernaría el país y en qué forma, así como acordar la elaboración de un programa de gobierno, pero ante todo fue un intento de negociación política entre las facciones revolucionarias, una disputa por el poder, un tratar de imponer su hegemonía, una lucha por el Estado.
Fue el escenario institucional en donde midieron sus respectivas fuerzas políticas e ideológicas las principales corrientes revolucionarias en pugna que habían conformado la coalición antihuertista.

¡Cuáles son las diferencias y similitudes de ambas convenciones?

Ambas eligieron un Presidente de la República, pero la convención de Aguascalientes propuso que tanto Villa como Carranza dimitieran de sus cargos y eligió como presidente a un tercero, mientras que en la convención de este 16 de septiembre no hubo representantes de Calderón a quien por unanimidad se le desconoció para luego votar a favor de López Obrador para Presidente de México.
Otra gran diferencia es que los movimientos villista, zapatista y carrancista que participaron en la convención de 1914 eran armados, mientras que los movimientos y grupos que participaron en la convención de este año son pacíficos.
Pero pasemos al presente; ¿qué dijo López Obrador y cuáles fueron los principales resolutivos de la Convención Nacional democrática?
Mensaje del Presidente legítimo de México, López Obrador.
Texto íntegro.
Amigas, amigos, delegadas, delegados de todos los pueblos, colonias, municipios, regiones, estados del nuestro país.

Hoy es un día histórico. Esta Convención Nacional Democrática ha proclamado la abolición del actual régimen de corrupción y privilegios y ha sentado las bases para la construcción y el establecimiento de una nueva República.

Antes que nada, conviene tener en claro por qué hemos tomado este camino. Es obvio que no actuamos por capricho o interés personal. Nuestra decisión y la de millones de mexicanos aquí representados es la respuesta firme y digna a quienes volvieron la voluntad electoral en apariencia y han convertido a las instituciones políticas en una farsa grotesca.

¿Cómo se originó está crisis política y quiénes son los verdaderos responsables?

Desde nuestro punto de vista, la descomposición del régimen viene de lejos, se acentuó en los últimos tiempos y se precipitó y quedó al descubierto con el fraude electoral.

Esta crisis política tiene como antecedente inmediato el proyecto salinista, que convirtió al gobierno en un comité al servicio de una minoría de banqueros, hombres de negocios vinculados al poder, especuladores, traficantes de influencias y políticos corruptos.

A partir de la creación de esta red de intereses y complicidades, las políticas nacionales se subordinaron al propósito de mantener y acrecentar los privilegios de unos cuantos, sin importar el destino del país y la suerte de la mayoría de los mexicanos.

Desde entonces, el principal lineamiento del régimen ha sido privilegiar los intereses financieros sobre las demandas sociales y aún, sobre el interés público.

En este marco de complicidades y componendas entre el poder económico y el poder político, se llevaron a cabo las privatizaciones durante el gobierno de Salinas.

También, en este contexto, debe verse el asunto del FOBAPROA, el saqueo más grande que se haya registrado en la historia de México desde la época colonial.

Recordemos que Zedillo, con el apoyo del PRI y del PAN, del PRIAN, decidió convertir las deudas privadas de unos cuantos en deuda pública.
A la llegada de Vicente Fox se fortaleció y se hizo más vulgar esta red de complicidades, al grado que un empleado del banquero Roberto Hernández pasó a ser el encargado de la hacienda pública.

Pero lo más grave es que Fox se convirtió en un traidor a la democracia y se dedicó tenaz y obcecadamente, con todos los recursos a su disposición, a tratar de destruirnos políticamente.

En esta cruzada, Fox se confabuló con Roberto Hernández, Claudio X. González, Carlos Salinas, Mariano Azuela, Diego Fernández de Cevallos, Gastón Azcárraga y para ello contaron con la complicidad de algunos medios de comunicación, de intelectuales alcahuetes, de periodistas deshonestos y de quienes se hacen pasar por jueces.

En fin, se formó en contra nuestra una pandilla de delincuentes de cuello blanco y de políticos corruptos.

Ahora bien, conviene preguntarnos por qué este grupo fue capaz de desatar tanto odio, por qué llegaron incluso al descaro de promover la intolerancia, el clasismo y de utilizar el racismo para distinguirse y descalificar lo que nosotros dignamente representamos.

La respuesta es sencilla: tienen miedo de perder sus privilegios y los domina la codicia.

Por eso no aceptan el Proyecto Alternativo de Nación que nosotros postulamos y defendemos. Por eso, para seguir detentando la Presidencia de la República, no les importó atropellar la voluntad popular y romper el orden constitucional.

Pero vayamos al fondo. ¿Qué fue lo que ganaron realmente? ¿Creen acaso que el pelele que impusieron les va a significar tranquilidad y normalidad política? ¿Creen acaso que ahora sí nada les impedirá quedarse con el gas, la industria eléctrica y el petróleo? ¿Creen acaso que seguirán impunemente haciendo jugosos negocios al amparo del poder público y disfrutando de sus privilegios fiscales? ¿Creen acaso que van a seguir sobajando al pueblo de México?

Se equivocan, no pasarán. Se equivocan porque afortunadamente hoy existe en nuestro país una voluntad colectiva dispuesta a impedirlo y porque millones de mexicanos no queremos que el poder del dinero suplante al poder público, que debe ser el verdadero poder político.

Por todas estas razones, esta Convención, de conformidad con el Artículo 39 de la Constitución vigente, ha decidido romper con ellos, recuperar nuestra soberanía y emprender el camino para la construcción de una nueva República.

Pueden quedarse con sus instituciones piratas y con su Presidente espurio, pero no podrán quedarse con el patrimonio de la Nación, ni con nuestras convicciones, ni con nuestra dignidad.

Amigas y amigos:

Estamos aquí para decirles a los hombres del viejo régimen que no claudicaremos. Jamás nos rendiremos. Estamos aquí para decir a los cuatro vientos que defenderemos el derecho a la esperanza de nuestro pueblo, que no aceptamos el oprobio como destino para nuestro pueblo.

Que se oiga bien y que se oiga lejos:

No aceptamos que haya millones de niños desnutridos y enfermos, y sin porvenir.

No aceptamos que a los jóvenes, que nacieron bajo el signo del neoliberalismo, se les quite el derecho al estudio y se les condene a la marginación social.

No aceptamos la falta de presupuesto ni las campañas de desprestigio contra la educación pública.

No aceptamos la violación de los derechos de las mujeres.

No aceptamos que las mujeres, para conseguir trabajo, tengan que ser vejadas, porque así lo imponen las reglas inhumanas del mercado.

No aceptamos la discriminación por motivos religiosos, étnicos o sexuales.

No aceptamos que la mayoría de los ancianos del país vivan en el abandono y que quienes se hayan jubilado después de toda una vida de trabajo, reciban una bicoca de pensión.

No aceptamos que a los trabajadores, después de los 40 años de edad, se les nieguen las oportunidades de empleo y se les trate como parias sociales.

No aceptamos que el salario mínimo no alcance para que el trabajador viva y mantenga a su familia con dignidad y decoro.

No aceptamos que, ante la escasez de puestos de trabajo, mujeres y hombres tengan jornadas laborales de más de 8 horas al día.

No aceptamos el trabajo infantil.

No aceptamos que millones de mexicanos se vean obligados a abandonar a sus familias y a sus pueblos, para ir a buscar trabajo del otro lado de la frontera.

No aceptamos que el campesino y el productor tengan que vender barato todo lo que producen y comprar caro todo lo que necesitan.

No aceptamos la privatización de la industria eléctrica ni del petróleo en ninguna de sus modalidades.

No aceptamos que haya borrón y cuenta nueva. El Fobaproa no es un caso cerrado, es un expediente abierto.

No aceptamos el saqueo del erario. Le daremos seguimiento puntual al manejo del presupuesto, a los contratos de obras y servicios y denunciaremos permanentemente todo acto de corrupción.

No aceptamos el nepotismo, el influyentismo, el amiguismo, ninguna de esas lacras de la política.

No aceptamos el abandono al campo.

No aceptamos la cláusula del Tratado de Libre Comercio, según la cuál para el 2008 quedarán libres las importaciones, la introducción de maíz y de fríjol del extranjero.

No aceptamos la competencia desleal que padecen los productores nacionales en beneficio de los productores extranjeros.

No aceptamos que se siga degradando nuestro territorio, los recursos naturales, por la voracidad de unos cuantos nacionales y extranjeros.

No aceptamos que continúe el monopolio de empresas vinculadas al poder que rehuyen a la competencia y obligan a los consumidores mexicanos a pagar más que en el extranjero por las comunicaciones, los materiales de construcción, las tarjetas de crédito y otros productos y servicios.

No aceptamos la manipulación que practican algunos medios de comunicación, ni su desprecio altanero por la cultura y por el buen gusto.

No aceptamos el autoritarismo, la represión ni la violación de los derechos humanos.

Y menos aceptamos que todas estas grandes injusticias sean producto de la fatalidad y del destino de nuestro pueblo.

No, compañeras y compañeros, amigas y amigos, este es el saldo lamentable del régimen antipopular y entreguista que ha venido imperando y que hoy hemos decidido abolir. Por eso es un día histórico.

¿Cómo imaginamos a la nueva República?

La nueva República tendrá, como objetivo superior, promover el bienestar, la felicidad y la cultura de todos los mexicanos.

Aspiramos a una sociedad verdaderamente justa, elevada sobre la base de la democracia y de la defensa de la soberanía nacional.

Nos interesa entendernos con todos los sectores de buena voluntad, pero vamos a persuadir y convencer que por el bien de todos, primero los pobres.

Promoveremos que se eleve a rango constitucional el Estado de Bienestar para garantizar efectivamente el derecho a la alimentación, el trabajo, la salud, la seguridad social, la educación y la vivienda.

Exigiremos que se pague la deuda histórica con los pueblos y comunidades indígenas, y pugnaremos por el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar.

Construiremos una nueva legalidad donde las instituciones se apeguen al mandato constitucional, sirvan a todos por igual y protejan al débil ante los abusos del fuerte.

Vamos a emprender una renovación tajante de la vida pública desterrando la corrupción, la impunidad y el influyentismo. Ya nadie podrá sentirse dueño y señor en nuestro país.

Amigas y amigos:

En el proceso de construcción de la nueva República tenemos que atender y cuidar tres aspectos fundamentales:

Primero. No caer en la violencia, evadir el acoso y mantener nuestro movimiento siempre en el marco de la resistencia civil pacífica.

Segundo. No transar, no vendernos, no caer en el juego de siempre, de la compra de lealtades y conciencias disfrazada de negociación.

Tercero. Tenemos que luchar con imaginación y talento para el romper el cerco informativo y crear mecanismos alternativos de comunicación. Tenemos que hacer posible que la verdad se abra paso y llegue hasta el último rincón de nuestra patria.

Amigas y amigos:

El día de hoy, esta Convención Nacional Democrática ha tomado decisiones trascendentes. Son muchos los frutos de esta asamblea fundacional. No sólo hemos rechazado al gobierno usurpador sino que hemos decidido emprender la construcción de una nueva República.

Se aprobó también el plan de resistencia civil pacífica y la preparación de los trabajos para la reforma constitucional y lograr que las instituciones sean verdaderamente del pueblo y para el pueblo.

Fruto de este proceso que ha desembocado en la Convención Nacional Democrática ha sido, sin duda, la creación del Frente Amplio Progresista.

Esta nueva agrupación política será el espacio para articular a todos los ciudadanos y organizaciones políticas y sociales que se expresaron durante la campaña, así como para recibir nuevas adhesiones.

El Frente Amplio Progresista surge en el momento preciso en que, a la vista de todos, se ha conformado un bloque de fuerzas derechistas, a partir de la alianza abierta y descarada entre el PAN y las cúpulas del PRI.

De modo que el Frente Amplio Progresista tendrá como objetivo principal enfrentar al bloque conservador, al brazo político de la minoría rapaz que tanto daño ha causado a nuestro país.

A final de cuentas, volvemos a lo que ha sido la historia de México. Antes eran liberales y conservadores. Ahora, en la lucha política de nuestro país habrá dos agrupamientos distintos y contrapuestos: derechistas y progresistas.

Esta Convención ha decidido crear también un nuevo gobierno, que se instituye para ejercer y defender los derechos del pueblo.

El gobierno que emerge será obligadamente nacional. Tendrá una sede en la capital de la República y, al mismo tiempo, será itinerante para observar, escuchar y recoger el sentir de todos los sectores y de todas las regiones del país.

Habrá un gabinete, es decir, un equipo de trabajo que integre los diagnósticos, proponga las soluciones y examine las posibilidades en cada caso. Los recursos, como es obvio, son escasos, pero el trabajo de equipo, la honradez, la interacción con la sociedad, podrán convertir la escasez en eficacia.

¿Por qué acepto el cargo de Presidente de México?

Ofrezco a ustedes y al pueblo de México mi explicación. Frente a la operación fraudulenta que lesionó la democracia electoral e intenta detener la democratización económica, social y cultural; frente al uso faccioso del Poder Ejecutivo y de los recursos públicos de un candidato y de un partido; frente a la intromisión ilegal y pandilleril de un buen número de empresarios y caciques sindicales, esos que ya santifican el clientelismo; frente al secuestro de las instituciones, que en este caso, son típicamente sus instituciones, como el IFE, el Tribunal Electoral y la Suprema Corte de Justicia; frente a todo esto, y ante el cúmulo de pruebas que hemos presentado y que fueron tramposamente desechadas, mantenemos una certidumbre: ganamos la elección presidencial.

Acepto el cargo de Presidente de México porque rechazamos la imposición y la ruptura del orden constitucional. Aceptar el fraude electoral, como algunos están proponiendo, y reconocer a un gobierno usurpador, implicaría posponer indefinidamente el cambio democrático en el país.

Sería hacerles el juego, que yo acepte la imposición, me convierta en dirigente de la oposición nacional y les hiciéramos ese juego. No, por eso acepto el cargo de Presidente de México, porque rechazamos la imposición y la ruptura del orden constitucional.

El triunfo en las urnas nos compromete ante nuestros electores y ante los votantes honrados del 2 de julio que, opciones políticas aparte creyeron en la validez de la elección. Ese compromiso con la democracia, es el que nos impulsa.

Nuestros adversarios se imponen con el dinero, el prejuicio conservador, la injusticia, la ilegalidad, la propiedad de muchísimos medios informativos. Nosotros contamos con la voluntad de cambio de millones de personas.

El régimen político de ellos se agotó; en cambio, desde nuestro punto de vista, la Presidencia, esta Presidencia, simboliza las esperanzas, los esfuerzos y el anhelo de justicia social del pueblo de México.

Además, el encargo de Presidente de México se me confiere en el marco de un movimiento empeñado en transformar las instituciones y refrendar la República, es decir, aclarar el sentido de la vida política, hoy tan enturbiado.

La Presidencia, en una democracia genuina, es la interpretación justa y cotidiana de los sentimientos, de los deseos del pueblo, de los sentimientos, de los deseos de la gente y de la comunidad.
Es obvio que acepto este honroso cargo no por ostentación o por ambición al poder. Lo asumo, incluso a sabiendas de que también por esto voy a ser atacado. Pero lo hago convencido de que así voy a seguir contribuyendo, junto con muchos otros mexicanos, mujeres y hombres, como ustedes, en las transformaciones del país, por nosotros y por las nuevas generaciones, por los que vienen detrás, por nuestros hijos, que podamos verlos de frente y no nos reclamen porque en estos momentos de definición supimos estar a la altura de las circunstancias.

Además, en las actuales circunstancias, aceptar este encargo es un acto de resistencia civil pacífica, y es lo que más conviene a nuestro movimiento. Es un tengan para que aprendan, un tengan para que aprenda a respetar la voluntad popular.

Amigas y amigos, compañeros, compañeras.

Les hablo con sentimiento y con el corazón. Es un timbre de orgullo, es un honor representarlos. Tengan la seguridad de que lo haré con humildad y convicción. No voy a traicionarlos, no voy a traicionar al pueblo de México. Es un honor están con ustedes y voy a ser siempre su servidor.

Reitero mi compromiso con ustedes, con los que nos dieron su confianza el 2 de julio, con muchos más, y sobre todo con los pobres y humillados de nuestra patria.

¡Que viva la Convención Nacional Democrática!

¡Que viva la nueva República!

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!

Algunos resolutivos de la Convención Nacional Democrática.

Andrés Manuel López Obrador ganó en las elecciones del 2 de julio de 2006.
Debe integrar un gabinete y su gobierno será itinerante, con base en la ciudad de México.

Tomará protesta en el Zócalo de la ciudad de México el 20 de noviembre a las 15 horas.

La segunda Convención Nacional Democrática se celebrará el 21 de marzo de 2007.

Desconocer a Felipe Calderón como presidente de la República electo, lo mismo a los funcionarios que él designe y todos los actos de su gobierno.

Rechazar la República simulada y abolir el régimen de corrupción y de privilegios.

Realizar un plebiscito para impulsar un proceso constituyente para reformar la Constitución.

Los siguientes puntos programáticos que propuso López Obrador también fueron aprobados.
1. Combate a la pobreza y la desigualdad monstruosa que impera en nuestro país. La defensa y la protección de los humildes, de los pobres, de los desposeídos.
2. La defensa del patrimonio nacional. La no enajenación de bienes nacionales. Defensa del petróleo, de la industria eléctrica, los recursos naturales. No permitir la privatización de la industria eléctrica y del petróleo en ninguna de sus modalidades.
3. Hacer el derecho a la información. Tiene que lograrse que los medios de comunicación actúen con profesionalismo, con pluralidad, con independencia, que los medios de comunicación estén lo más cerca posible al pueblo, a los ciudadanos, a los que mandan verdaderamente en una democracia y lo más distante que se pueda a los hombres del poder, esté quien esté en los cargos, esté quien esté en el poder.
4. Combate a la impunidad y a la corrupción. Estamos todos concientes de que nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes. La corrupción política en nuestro país ha dado al traste con todo y es la causa principal de la desigualdad social y de la desigualdad económica, por eso tenemos que cortar de tajo con la corrupción imperante. Ese es un objetivo, terminar con la corrupción, con la impunidad y con el influyentismo.
5. Transformar las instituciones. No podemos quedarnos con los brazos cruzados cuando las instituciones no están cumpliendo con el mandato constitucional y cuando los representantes de esas instituciones están al servicio de los privilegiados. Por eso tiene que haber una refundación de las instituciones, para que las instituciones sean del pueblo y para el pueblo, que ese es el propósito que tenemos.

Así vio el mundo la elección de López Obrador como Presidente legítimo de México por la Convención Nacional democrática.


El Mundo (España)
La izquierda mexicana proclama a López Obrador 'presidente legítimo' del país
Decenas de miles de izquierdistas mexicanos, que aseguran hubo fraude en las elecciones presidenciales de julio, han declarado al candidato perdedor, Andrés Manuel López Obrador, "presidente legítimo".
Los partidarios de López Obrador, congregados en la llamada Convención Nacional Democrática (CND) en el Zócalo -la principal plaza de la Ciudad de México- también han aprobado desconocer al gobierno del oficialista Felipe Calderón, quien ya fue declarado oficialmente presidente electo.

BBC News (Gran Bretaña)
Se agudiza crisis política mexicana
Los multitudinarios simpatizantes del derrotado candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador lo han "elegido" como el líder del gobierno paralelo.
Los asistentes a la Convención Nacional Democrática votaron por jurarlo como "presidente legítimo" el 20 de noviembre, 11 días antes que Calderón sea nombrado oficialmente.

Univison (EU)
López Obrador "presidente legítimo"
Los delegados desconocieron a Felipe Calderón como presidente de México, así como los funcionarios que nombre en su gabinete.
Durante la convención, convocada por los militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que pertenece López Obrador, rechazaron una República simulada y declararon la abolición del régimen de corrupción y privilegios, que se han dado en el gobierno de México.

La Hora (Ecuador)
Masivo foro proclama a López Obrador como "legítimo presidente" de México
Una masiva asamblea de la izquierda mexicana proclamó este sábado a su líder Andrés Manuel López Obrador como "presidente legítimo" del país y desconoció al conservador Felipe Calderón como mandatario electo, al considerar fraudulento el resultado oficial de las elecciones de julio.
Centenares de miles manifestantes congregados en la plaza central de la capital mexicana votaron a López Obrador como "presidente legítimo de México" frente a la opción de ser declarado "coordinador de la resistencia civil pacífica".

El País (España)
López Obrador se proclama "presidente legítimo" de México ante una multitud
Andrés Manuel López Obrador, líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de izquierda, y candidato derrotado en las elecciones presidenciales del 2 de julio, fue proclamado "presidente legítimo de México" por cientos de miles de seguidores, convocados bajo el nombre de la Convención Nacional Democrática (CND) en la plaza del Zócalo de la capital de México.
Eran las siete y media de la tarde en México, y la una y media de la madrugada en la España peninsular. Brazo en alto, los cientos de miles de asistentes a la Convención votaron que el día 20 de noviembre a las tres de la tarde [diez de la noche en la España peninsular], López Obrador tome posesión de su cargo. La fecha está cargada de simbolismo: el 20 de noviembre es el aniversario de la Revolución mexicana.
Antes de que fuese proclamado presidente por sus partidarios, el grito que más se coreó fue precisamente ése: "¡Presidente, presidente, presidente!".

EL PRD, PT y Convergencia cierran filas en torno a López Obrador.

Asimismo, los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia ratificaron su apoyo al ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador que se expresa en la Convención Nacional Democrática.
Al presentar las posiciones de sus partidos políticos durante la Convención, el presidente del PRD, Leonel Cota Montaño, dijo que sin importar las amenazas, su partido no le dará la espalda al movimiento encabezado por López Obrador.
Señaló también, que el resultado del movimiento efectuado en la ciudad de México en el último mes y medio es evidenciar, según dijo, que la coalición Por el Bien de Todos ganó legítimamente la Presidencia del país.
Luego de reprobar de nuevo a consejeros del IFE y a magistrados del TEPJF, llamó a sus seguidores a transformar al país, porque los grandes cambios de México nunca han venido de las oficinas públicas sino de los movimientos sociales.
En el Zócalo capitalino, el senador Alberto Anaya, integrante de la dirección nacional del PT, ratificó a su vez el apoyo de su partido a la lucha que encabeza Andrés Manuel López Obrador para fundar la cuarta República.
El dirigente del PT sostuvo que México necesita un cambio profundo de sus instituciones y este lo encabezará Andrés Manuel López Obrador, con el Frente Amplio Progresista.
Por parte de Convergencia, su secretario general Pedro Jiménez León advirtió que su partido no abandonará la lucha democrática porque “somos un movimiento poderoso con cauces y caminos para acabar con quienes de mala fe quieren derrotarnos”.
La fortaleza de la Nación se basa en el pueblo y en que el pueblo viva con dignidad, como es la intención de este movimiento político y social, agregó.
Adelantó que los miembros de la Convención no regresarán ni a su casa ni a sus estados con las manos vacías y que no abandonarán sus banderas ni la lucha democrática, sino que la transformarán con los acuerdos de este foro y del Frente Amplio Progresista.

La Convención Nacional marca el inicio de “una nueva parte de la historia democrática de nuestro país”: Elena Poniatowska

En la inauguración de la Convención Nacional Democrática, la escritora Elena Poniatowska indicó que ésta marca el inicio de “una nueva parte de la historia democrática de nuestro país”, en la que se luchará “en contra de un gobierno espurio”.
La escritora argumentó que los mexicanos no pueden seguir permitiendo el “saqueo” de los recursos naturales, ni que continúe “el racismo y la marginación de millones de indígenas”.
Asimismo, afirmó que la izquierda luchará “por una política justa” y que por ello defenderán la “soberanía nacional y la democracia”.
La Convención deberá nombrar también varias comisiones nacionales que se encargarán de impulsar los acuerdos que se tomen, entre estas una política, una de resistencia civil y otra encargada de organizar una asamblea constituyente para aprobar una nueva Constitución.

Llegó la hora de no rendirse, de no agacharse y de no callarse
Palabras de la ex diputada federal del PRD, Malú Micher, durante la Convención Nacional Democrática.
El combate a la corrupción y la eliminación del tráfico de influencias y de privilegios es una de las luchas ancestrales del pueblo mexicano y de las demandas más recurrentes de la gente.

Dice José Martí, que no hay nada más indignante, que la conversión de la patria en una casa de inmoralidad, donde el filósofo y el indígena viven sin pan junto al magnífico ladrón del gobierno.

Quienes obedecen a un mal gobierno no pueden decirse personas honradas, por esto hemos llegado hasta aquí, porque no podemos obedecer a quienes desde puestos de decisión ocultan información y privilegian a unos cuantos o de quienes de manera corrupta compran lealtades, trafican impunidades y negocian en lo oscuro sus riquezas a costa de quienes menos tienen, violando toda moralidad y principio fundamental de servir al pueblo.

Porque ¿qué más da?, nadie nos vigila, nada más son unos cuantos milloncitos, unas cuantas empresitas, unos cuantos contratitos y unos cuantos favorcitos, todo esto producto de una lealtad mal entendida al servicio de un jefe o jefa tenebrosa y corrupta.

Echemos una mirada a nuestra historia.

A principios del siglo XIX Don José María Morelos y Pavón, sostuvo en su propuesta constitucional “Sentimientos de la Nación” que: “Las leyes que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto y que las leyes generales comprendan a todos, sin excepción de cuerpos privilegiados…”

En el amanecer del siglo XX Don Emiliano Zapata sostuvo en el Plan de Ayala que “El llamado Jefe de la Revolución Libertadora de México, por falta de entereza y debilidad suma, dejó en pie la mayoría de los poderes gubernativos y elementos corrompidos de opresión del Gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, que no son, ni pueden ser en manera alguna la representación de la Soberanía Nacional…” Zapata, vivo en esta lucha, le hubiera dedicado las mismas palabras a quien ahora ostenta el poder desde un gobierno federal traidor, falso y mentiroso.

Hoy, a principios del siglo XXI sostenemos que los problemas básicos de la corrupción, motores fundamentales de las luchas de independencia y revolución, no han sido resueltos y han encontrado formas nuevas de lastimar el patrimonio que debiera emplearse para satisfacer las múltiples necesidades de un país, que este año, escúchelo bien Sr. Vicente Fox y Sra Vázquez Mota, tiene más pobres que el año pasado.

¿Como no vamos a llamarles traidores a la Patria?

¿Creen que nuestro pueblo es tonto? ¿Que después de tanta corrupción el pueblo les dio el triunfo? ¿Piensan que se nos han olvidado las tangas de Provida, el fraude de Luis Pazos, de Dolores Creel en CONACULTA?; del gober precioso, los atentados a periodistas, el caso Paulina, la colusión entre el gobierno federal y una parte de los ricos de este país para impedir el ejercicio de los derechos políticos de nuestro compañero Andrés Manuel; de cómo se favorece a los grupos de ultraderecha que desean mantener a las mujeres silenciadas violando su derecho a decidir como si estuviéramos en la edad media, creen que hemos olvidado a los violadores y traficantes de niñas y niños inocentes, a los pederastas, por cierto papás de algunos gobernadores y legisladores; creen que no recordamos las irregularidades en las empresas de imagen personal disfrazadas de organizaciones de beneficio social como Vamos México, Transforma México; de las miles de mujeres violadas, asesinadas , ultrajadas y desaparecidas de Ciudad Juárez y de todo el país; de las autoridades omisas y corruptas, de los asesinatos en Pasta de Conchos, Lázaro Cárdenas y de Oaxaca, del recrudecimiento de la delincuencia organizada y el narcotráfico; del encarcelamiento de los ecologistas de Guerrero, de no cumplir los Acuerdos de San Andrés; del incremento del patrimonio del presidente , con propiedades por cierto no declaradas ; de los fideicomisos, del dichoso secreto bancario; del aumento del desempleo; del IPAB desde donde se hipoteca a la población con la deuda de los consentidos del gobierno, es decir algunos banqueros; de las amenazas contra legisladores desde los Pinos, de Hildebrando, de programas sociales utilizados con fines electorales, del fraude a la Nación que se fraguó desde el IFE, que pasó por el PAN y se extendió hasta el Tribunal Electoral, de las promesas incumplidas al no impedir la importación ilegal de zapato chino ; de los viajes del gobierno en compañía de la familia y sus cuates, muy distintos a los que emprenden los compatriotas migrantes; de los vestidos adquiridos con el dinero del pueblo y las facturas falsas , de la atípica contraloría que desde la atípica Secretaría de la Función Pública siempre obstaculizó el acceso a la información necesaria para demostrar la corrupción y ahora declara que no hay irregularidades, exonerando a los Bribiesca Sahagún y a sus compadres?

¿No es suficiente toda esta inmundicia para llamarles traidores de la Patria?

Y más aún, los líderes yunquistas, desde el púlpito de su doble moral, proponen convertir al partido de la derecha en el partido del perdón, ¿De qué nos van a perdonar si quienes estamos aquí, somos los agraviados y agraviadas?
Y resulta que en lugar de transformar positivamente las instituciones, éstas fueron utilizadas para bien personal, bien patrimonial y enriquecimiento inexplicable, engañando a la gente, sirviéndose de ella y justificando sus riquezas con argumentos realmente ridículos como “producto de su trabajo” y para rematar, defendiendo su derecho a “ser alguien en la vida” como la madre de algunos les aconsejaba.

Desde aquí, denunciamos al Estado mexicano y a Vicente Fox, como jefe de gobierno, de ser cómplice de la impunidad que apesta todos los casos anteriormente mencionados y que hasta la fecha no han sido resueltos.

Denunciamos a la PGR por mantener congeladas todas las investigaciones de los expedientes de corrupción.

A PEMEX, por otorgar contratos millonarios producto del nepotismo.
Al IPAB por aceptar pagos con cheques de la familia en el poder, a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a Aduanas, al SAT, al SAE
INFONAVIT , al FOVISSSTE a Nacional Financiera , a la Sociedad Hipotecaria Federal.

Denunciamos todas sus trampas para obstaculizar el ejercicio transparente del presupuesto, que le pertenece no a ellos sino a todo el pueblo de México. Como aprendí de un campesino de Gil Pérez en Tabasco: los acusamos de fumar del mismo cigarro, de tomar en el mismo pote y de taparse con la misma cobija.
Para ellos ni perdón, ni olvido, y lo repito, ni perdón, ni olvido.

Esta Convención Nacional Democrática es expresión nítida de la voluntad popular. Compartimos la convicción de que la corrupción como cualquier acto humano negativo puede ser combatida.

Para lograrlo tenemos cuando menos cuatro tareas:
Primera: La construcción de una izquierda que de testimonio con sus actos de lo que proclama, sobre todo los que tienen o hemos tenido la responsabilidad de ejercer una función pública. Si creemos en la honestidad hay que actuar con honestidad, si creemos en la transparencia hay que informar, si creemos en la honradez no hay que tranzar.

Segunda: Debemos eliminar de nuestros esquemas éticos frases como “no importa que robe pero que haga algo bueno” o “qué les extraña , si todos se llevan su parte”. No, por ahí no va, Cuando los actos injustos no son perseguidos adecuadamente por la ley se van observando como naturales y llevan al desánimo, pero cuidado, una sociedad desalentada no es capaz de construir algo sólido. No justifiquemos ningún acto de inmoralidad.

Tercera: Es urgente el empoderamiento de una ciudadanía conciente de sus derechos, combativa, exigente de una real rendición de cuentas, en relación con los partidos pero independiente de ellos. Los actos de autoridad deben ser informados con oportunidad, sujetos de evaluación verdaderamente ciudadana y sancionados por la ley. La transparencia implica que la ciudadanía tenga los mejores lugares para observar y reclamar sobre las cosas del Estado.

Cuarta: Se requiere una nueva arquitectura institucional con respaldo constitucional que integre las miles de propuestas que en la Convención han surgido y enriquezca nuestro proyecto alternativo de nación. Lo que proporcionan las instituciones son reglas del juego y las instituciones democráticas deben dar certidumbre de trato equitativo sin distingo de condición económica y social, raza, credo, género o estado físico.

Compañeras y compañeros de la Convención Nacional Democrática; sabemos que en esta tarea no hay suplentes y que con los ideales no se tranza.

Todas y todos tenemos una misión particular. Avancemos en la concordia y el entendimiento entre nosotros y nosotras para sumar y no restar. Entre más miradas que vigilen y mentes que actúen, tendremos menos corrupción.

Hoy es un día histórico, inicia la Nueva República, y desde este Frente Amplio la estaremos construyendo con una intensa guerra justa que tiene en las armas de la paz su principal fortaleza.
Desde el frente amplio daremos puntual seguimiento a todos los casos de corrupción que no han sido resueltos, exigiremos castigo a los culpables e impediremos que se vuelvan a repetir.

Desde aquí, alzamos nuestra voz con gusto y emoción porque estamos seguras y seguros que otro mundo, otro México, otro gobierno, otra patria es posible. La deseamos, la soñamos, la exigimos, la hemos ido construyendo porque nos merecemos una patria grande cimentada en el trabajo honesto, en un gobierno al servicio de la gente y en el pago de un salario justo que nos permita gozar plenamente de todos nuestros derechos humanos.

Llegó la hora de no rendirse, de no agacharse y de no callarse.

¡Sufragio efectivo, no imposición!

La reacción del PAN
La dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN) aseguró que la designación de Andrés Manuel López Obrador como "presidente legítimo", es simplemente una declaratoria sin mayor sustento jurídico y político.

Sin embargo, el blanquiazul reiteró su disposición al diálogo con los representantes de todos los partidos políticos, a fin de que haya una rectificación de parte de quienes aún se niegan a aceptar el triunfo del presidente electo Felipe Calderón.

El secretario general del PAN, José Espina, dijo en entrevista que las conclusiones de la Convención Nacional Democrática están fuera de la legalidad y cada día contarán con menos respaldo ciudadano.

No descartó que una de las intenciones del político tabasqueño sea confundir a la ciudadanía, "no va a tener validez su gobierno, y todo cae por su propio peso como lo hemos observado; él por sí solo ha perdido credibilidad", precisó.

El dirigente panista reiteró que se debe respetar a las instituciones, porque quienes se colocan fuera del marco legal y constitucional terminan por desacreditarse al no haber sustento jurídico y político de sus actos.
Calderón Debe Renunciar
(Editorial del Diario Libertad)
La crisis del poder se acentúa, toma dramáticos giros y tiene secuelas más y más cruciales para México. Ante ello, el Electo --que no el elegido-- Felipe Calderón debe renunciar.
Y también Vicente Fox debe renunciar a su investidura de Presidente de la República, pues ha causado profundo daño al país y al propio poder de las élites que representa.

Pero esas renuncias tendrían que ser exigidas públicamente por Andrés Manuel López Obrador, quien, además, también en el ágora debe demandar que el Presidente Fox se vaya.

Tendría que exigir, de igual modo, que el Congreso asuma sus responsabilidades constitucionales y designe un Presidente Interino que convoque a nuevas elecciones.

Exigir que se vayan los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por el daño terrible que le han causado y continúan causándole a los mexicanos.

Mas no sólo eso: tendría que exigir en público que los magistrados del Tribunal Electoral y los consejeros del Instituto Federal Electoral sean sometidos a juicio político.

Estos son, a nuestro ver, objetivos estratégicos de la movilización social para la resistencia civil pacífica ante el brutal zarpazo del poder plutocrático al pueblo.

El recuento de voto por voto, casilla por casilla, no es, pensamos, meta estratégica, sino táctica. Pero ambos atributos se traslapan y entreveran y se funden entre sí.

Por ello, configúrase como imperativo imposponible hallarle recursivamente salidas a la crisis del poder de la élite que ha saqueado a México desde hace muchos sexenios.

Presumiríase con certeza que el señor Calderón no tomaría de motu propio esa decisión de renunciar, pues este personaje registra el patriotismo bajo prismas del interés faccioso.

Y es que don Felipe está atrapado en una red arácnida de intereses de una laya variopinta que va desde la plutocracia local hasta las trasnacionales de Estados Unidos y España.

Pero él es el único que puede tomar esa decisión, a la cual deben concurrir agentes inductores, como la movilización social masiva y no violenta y el acoso a su persona.

Renunciar sería, sin duda, una decisión muy difícil para el señor Calderón y para los intereses creados que representa y han invertido en su aún nonato presidencialado.

Quizá, por esos intereses creados --a intramuros y extramuros de México-- la decisión antojaríase impensable a estas alturas. A ese entorno concurren otros intereses.

Y estos últimos intereses son los personales tanto del propio don Felipe como de su fautor aúlico, el Presidente Fox, y las fuerzas propias de la cultura del poder.

A estos últimos vectores sumaríanse otros de igual fuerza e importancia, como son las ambiciones personales del propio Electo, los del señor Fox y el Partido (de) Acción Nacional.

Por supuesto, esperaríase resistencia de la gran derecha ideológica y política y de imponderables como las ambiciones de la enorme y desde ahora onerosa parentela de don Felipe.

Esto nos lleva al fin sabido --por declarado-- de la Convención Nacional Democrática que hoy se inicia en nuestra capital: conformar un gobierno alternativo e itinerante.

No descartaríase, obvio es, el efecto del poderoso simbolismo de un gobierno itinerante, reminiscente de las luchas juaristas por restaurar la república en el siglo XIX.

Pero la misma historia le ofrece al señor López Obrador otros consejos igualmente válidos: Madero desconoció los Poderes de la Unión. Y lo mismo hizo Carranza.

Pero ésto, predeciblemente, no ocurrirá. Crear una instancia itinerante y un frente amplio podría sugerirle al pueblo que ya se piensa en la lid electoral de 2012.

De la convención surgirá la cuarta República, adelantó Muñoz Ledo
UN día antes de la celebración de la Convención Nacional democrática, Porfirio Muñoz Ledo sostuvo que nunca como ayer se sintió el espíritu original, de rebelión, del 15 de septiembre, y anticipó que de la convención nacional democrática (CND) surgirá ''la cuarta República de México''.
Al hacer uso de la palabra, en lo que fue la última asamblea informativa de la primera fase de la resistencia civil pacífica, Muñoz Ledo exclamó: ''¡No vamos a levantarnos en armas, vamos a levantarnos en almas, porque esta es una revolución de las conciencias!'', en alusión a la esencia pacífica de esa protesta.
El ex embajador en Naciones Unidas y ex presidente del PRD cuestionó que, después de dos siglos de que México se declaró nación independiente y tras la Revolución de 1910, los grupos de poder continúan el saqueo de los recursos naturales, persiste la explotación del trabajo humano, se padecen falsas aristocracias y, sobre todo, se conculca el voto popular.
Por ello, dijo, la convención es fundamental para fundar una nueva República, en ejercicio legítimo de la soberanía, ''y no sólo porque lo dice el artículo 39 de la Constitución, sino porque nadie puede arrebatarle al pueblo su derecho inalienable de decidir su destino''.
Aseguró que no negociarán con la derecha, no transigirán frente a intereses creados, ni aceptarán imposiciones. Y para reforzar esa argumentación sostuvo: ''No vamos a celebrar ningún abrazo de Acatempan, ni a celebrar ningún Plan de Iguala; no vamos a permitir una simulación de imperio disfrazado de República. Vamos a construir la cuarta República mexicana: ¡independencia, reforma, revolución y transformación democrática!''
Marcelo Ebrard se comprometió a la construcción de la nueva República
Por su parte, el jefe de Gobierno electo del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, afirmó que los 48 días de resistencia civil pacífica constituyen un triunfo de la sociedad y uno de sus logros fue mantener la Plaza de la Constitución ''como espacio de libertades y de la voluntad mayoritaria''.
Eso explica, abundó, que quien está hoy aquí es Andrés Manuel López Obrador y por eso el presidente Fox se tuvo que ir a Dolores Hidalgo, con sus tanquetas, sus robocops y su miedo, y en cambio se mantuvo la plaza para el pueblo de México.
Asimismo, Ebrard sostuvo que uno de los muchos logros del megaplantón Zócalo-Reforma fue ''evitar una usurpación de terciopelo, que impusieran a un presidente espurio y nadie dijera nada''.
Hay ánimo festivo, insistió, porque se logró además que en el país se conociera que la lucha es por la defensa del voto y la legitimidad de las elecciones, y llamó a celebrar que el PAN y el gobierno federal no pudieron, ''con todo su aparato, con todo su dinero, con todas las empresas que los apoyan'', impedirles celebrar este viernes el Grito de Independencia en la Plaza de la Constitución.
''Aquí, en esta plaza, estará el pueblo de México con su presidente legítimo, que es Andrés Manuel López Obrador.''
Ratificó el apoyo del gobierno que encabezará, a partir de diciembre, al proyecto alternativo de nación, el impulso de una nueva República y, muy especialmente, a López Obrador. ''Vamos a vencer como lo hicimos en estos 48 días y como hoy los vencimos manteniendo este Zócalo para el pueblo de México'', concluyó.

Propuestas en la Convención Nacional democrática
Organizaciones sindicales y campesinas independientes con presencia en todo el país propusieron que López Obrador ''radicalice su movilización'' emprendiendo una serie de recorridos por todo el país para que de ahí obtenga el consenso político y moral ''para acabar con la miseria, garantizar inversiones productivas, así como transformar las instituciones políticas y sociales de México''.
Rechazo a la privatización de empresas estratégicas
El dirigente de los tranviarios, Benito Bahena, afirmó en entrevista que en los trabajos del diálogo nacional, donde participaron entre otros los frentes sindicales de electricistas, Nacional Monte de Piedad, universitarios, Seguro Social y el nuclear, así como las organizaciones campesinas independientes de la Central Campesina Cardenista, Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, El Barzón Popular, Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas y Unión General de Obreros y Campesinos de México, se acordó también rechazar el modelo económico neoliberal y por ende, la privatización de empresas estratégicas.
Se requiere, agregó, un nuevo modelo de país, en el que todos los trabajadores recuperen lo perdido por años de políticas neoliberales.
Para concluir, dijo que la CND no deberá tener ni ofrecer colores políticos, sino un nacionalismo que proyecte un nuevo México.

Convencionistas indígenas demandaron que se reconozcan la autonomía de los pueblos indígenas

Representantes de las etnias purépecha, nahua, tzotzil, tzeltal, tojolabal, man, chontal, totonaca, mixteca, zapoteca, triqui, mazahua, ñahú, cucapa, kiliwa, yaqui, mayo, chocholteco, chinanteco, mixe, tenek y maya propusieron que López Obrador encabece una gira por todo el país propiciando un verdadero diálogo con los pueblos indígenas.
500 representantes de 33 pueblos indios de 23 estados de la República que participaron en la Convención Nacional Democrática, propusieron reabrir el debate sobre la reforma constitucional en materia indígena, garantizar el derecho a la autonomía y libre determinación de los pueblos y proteger tierras, territorios y recursos naturales.
Un día antes, los representantes de los pueblos indígenas se reunieron en la Cámara de Diputados y conformaron la Convención Nacional Indígena, cuyos resolutivos destacan el reconocimiento de los acuerdos de san Andrés larraizar, “traicionados por el actual régimen”.
El legislador Humberto Alonso Razo anunció que los 18 legisladores provenientes de estas comunidades impulsarán que sean reconocidos como pueblos. Dijo que es importante conformar un parlamento indígena nacional, cuyo propósito será crear una figura política que dé autonomía a los pueblos indígenas en aspectos políticos, religiosos, usos y costumbres, así como en la posesión de territorio.
Los grupos y comunidades indígenas afirmaron estar convencidos de que la única salida para garantizar sus derechos en la Carta Magna es que se refunde el Estado mexicano mediante un nuevo congreso constituyente que reconstituya la República Mexicana, sus leyes y sus instituciones, con una visión incluyente, con rostro y fuerza indígena.
Los participantes en la Convención Nacional Indígena demandaron también una reforma del Estado que establezca un régimen de autonomía; exigieron que en las reformas legislativas sean tomados como piso mínimo los convenios y tratados internacionales relacionados con los pueblos indígenas, armonizando los instrumentos jurídicos de carácter internacional con las leyes nacionales.
"Demandamos una verdadera participación en todos los niveles de toma de decisiones del Estado mexicano, que garanticen plena participación indígena, tomando en cuenta las capacidades de hombres y mujeres en el diseño, ejecución, control y evaluación de políticas públicas, con presupuestos significativos y mecanismos legales con rango de obligatoriedad para su cumplimiento efectivo y real, para detener para siempre las políticas de simulación", puntualizaron.
Demandaron también políticas de atención especial, con carácter de emergencia, para atender la pobreza extrema en que se debaten los pueblos y comunidades, donde los más afectados son mujeres, niñas y niños.

Convencionistas universitarios proponen defensa de la educación pública.

Estudiantes, trabajadores y académicos agrupados en la Convención Democrática Universitaria, organizada en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no sólo propusieron a Andrés Manuel López Obrador como presidente legítimo de los mexicanos, sino también la defensa de la educación pública, la instauración de un nuevo constituyente, la refundación de la República, la reforma del Estado, la construcción de un nuevo pacto nacional, y la construcción de nuevas estructuras de participación y representación política y social, que no necesariamente tengan que pasar por la militancia de un partido.
Defensa de la educación pública
Los convencionistas universitarios acordaron extender una invitación a Andrés Manuel López Obrador para que asista a un encuentro con la comunidad universitaria, y se establezcan compromisos conjuntos para la defensa de la educación pública, pues están llamando a la construcción de un encuentro universitario con el objetivo de llevar a cabo la primera convención nacional educativa.
Los miembros de la comunidad universitaria advirtieron que el reconocimiento a López Obrador como mandatario legítimo, le permitirá encabezar el movimiento nacional de resistencia civil pacífica para la transformación democrática de las instituciones, ''cuyo objetivo fundamental será la instauración de una nueva República'', lo que significará un proceso de construcción política, económica y social a largo plazo.
Además, llamaron a edificar las bases de un verdadero estado de derecho, la reconstrucción de la economía nacional y la refundación de las instituciones para la redistribución de la riqueza; combatir la pobreza y la desigualdad, así como defender el patrimonio de la nación e impedir la privatización del petróleo, la electricidad, la educación pública, la seguridad social y los recursos naturales.
También se pronunciaron por reconocer la autonomía de los pueblos indígenas y originarios, así como respetar y poner en práctica los acuerdos de San Andrés Larráinzar.
Los universitarios consideran necesaria la creación de un tribunal electoral ciudadano para llevar a cabo el recuento total de los votos del pasado 2 de julio, casilla por casilla, y hacer una revisión profesionalizada de todo el proceso.

Solicitan ONG respeto irrestricto a derechos humanos
Defensores de derechos humanos aseguraron que la realización de la convención nacional democrática (CND) es un ''primer paso que debe establecer puentes para el diálogo y mantener, como eje transversal de una verdadera reforma a las instituciones, la defensa irrestricta de los derechos humanos como fin último del Estado''.
Aseguraron que debe prevalecer el reconocimiento a un marco jurídico que asuma plenamente la defensa de los derechos de los ciudadanos, a fin de construir un Estado ''respetuoso de las garantías y derechos esenciales de los seres humanos''.
Hacer que toda la sociedad participe, meta de la CND
Edgar Cortez, secretario ejecutivo de la Red Nacional de Organismo Civiles de Defensa de los Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos, afirmó que una reforma del Estado debe estar orientada siempre a reconocer el pleno ejercicio de los derechos de sus ciudadanos.
Indicó que la convención nacional democrática es un ''primer paso para reconstruir las relaciones de diálogo con otros sectores de la sociedad que no han participado tan activamente en esta propuesta, pero que necesariamente debe incluir a todos''.
Por su parte, David Velasco, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, afirmó que la responsabilidad de proteger, promover y preservar los derechos humanos es exclusiva del Estado y, por tanto, ''es en los espacios vinculados con el sector legislativo donde se debe poner el máximo esfuerzo para impulsar una verdadera reforma''.
Destacó que si bien las organizaciones en pro de los derechos humanos no acuden a la CND como un sector unificado, ''sí existe interés de diversas agrupaciones y de defensores en participar de forma individual para presentar la agenda en materia de derechos humanos, que necesariamente apunta hacia una revisión a fondo del sistema de justicia penal y del presupuesto destinado a la política social para combatir la pobreza y desigualdad, por lo que vamos en una misma ruta, aunque no todas las organizaciones participen activamente en la convención nacional democrática''.
Debió haber una convocatoria ''más directa'' a las ONG
En entrevista aparte, Fabián Sánchez, director de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, calificó de ''positiva'' la realización de la convención nacional democrática, aunque lamentó que ''no existiera una convocatoria más directa a las organizaciones civiles de defensa de los derechos humanos para participar más activamente''.
Insistió en que los acuerdos que apruebe la convención ''sólo son un primer paso para impulsar una verdadera transformación del Estado, que debe incluir las propuestas de todos los sectores de la sociedad''.

La presidencia itinerante de López Obrador.
Por: Julio Pomar .
(especial para ARGENPRESS.info) .

La presidencia de López Obrador aprobada en la Convención Nacional democrática asumirá la forma de una “presidencia itinerante”, viajera, a la usanza de la que Benito Juárez utilizó en el siglo XIX, entre los cinco años que corrieron entre 1862 (31 de mayo) y 1867 (15 de julio), obligado por las circunstancias ingratas de la invasión a México por el ejército francés de Napoleón III, traído acá por la derecha ultramontana, bajo el designio de imponer a Maximiliano de Habsburgo como “emperador” de México, en el comienzo de las aventuras colonialistas de Francia por el mundo, que los llevó hasta Africa y a la Indochina entonces impreparadas para resistir e impedir esa agresión imperialista.

O a la usanza de Mahatma Gandhi en la India contra los colonialistas ingleses, ya en el siglo XX, tras que éstos saquearon a placer durante siglos a esa gran nación, convirtiéndola en una nación paupérrima cuando que antes de la agresión británica era un país riquísimo, aunque injusto con sus masas populares, donde los ingleses además de empobrecerlo lo hicieron aún mas injusto con su pueblo.

Incluso López Obrador habrá de mantenerse de lo que los pueblos de las diferentes regiones que recorra le provean para su manutención, lo que constituye una clara convocatoria a la solidaridad popular hacia la causa de la democracia.

Naturalmente, esa presidencia itinerante será una suerte de campaña poselectoral en la que habrá de estar tasando todos y cada uno de los actos del ungido Felipe Calderón como gobernante impuesto del país. Será, por decir algo, la “sombra” cuestionante del gobierno panista impuesto amañada y tramposamente.

No tendrá AMLO, igual que durante buena parte de la campaña electoral, el registro de sus acciones y pronunciamientos por parte de los grandes medios de comunicación y de la mayoría de los periódicos y revistas, ni los recursos institucionales de que abundará Calderón, pero por su propia naturaleza social habrá de calar hondo en el ánimo popular y, asimismo, en los aconteceres políticos del momento. Habrá de ser una inédita caja de resonancia de la resistencia civil pacífica que se inició el 2 de julio, ante las evidencias del inmenso fraude electoral consumado.

Así, lo que para Calderón sólo es un soflamero reto de cómo “rebasar por la izquierda” las posiciones del obradorismo, si es que cumple este propósito y no se queda, como parece inevitable, sólo en una más de las expresiones del doble lenguaje demagógico que la derecha utiliza, para López Obrador significa el mover una montaña entera de su lugar. Gran reto es el que se auto impone el obradorismo.

Sus detractores y enemigos de la derecha y los poderes fácticos, así como algunos izquierdistas que se dejan influir por la engañosa prédica reaccionaria y están desandando su propia ruta política (el escritor Carlos Fuentes, Cuauhtémoc Cárdenas y otros), habrán de decir que López Obrador está “loco” o se salió ya de los cauces del realismo político, pero ante los hechos electorales recientes resulta evidente que sólo un gran movimiento popular hará que las cosas modifiquen el curso letal para México que hoy se registra con la derecha encaramada en el poder.

Y ese movimiento -ya está visto- no se podrá montar desde unas instituciones desvirtuadas para el dominio ad perpetuam de las fuerzas de la conservación, la injusticia social y la entrega de la soberanía nacional al imperio. Pues estas elecciones del 2006 demostraron que la oligarquía no soltará de ninguna manera el poder por los mecanismos del llamado Estado de Derecho.

Las fuerzas oligárquicas han hecho absolutamente evidente que ellas pretenden seguir siendo las “propietarias” del poder en México, y punto. Contra ese “y punto” se abrirá una etapa de profundas confrontaciones, que necesariamente deberán ser pacíficas y mantenerse dentro de los límites de una resistencia civil lo más limpia y lo menos dolorosa.

Esto, en la óptica del obradorismo, es preferible al ignominioso sometimiento al becerro de oro de los intereses fácticos.El cual es un camino inédito en México, cuajado de incertidumbres, pero lleno por lo pronto de esperanzas, aunque estas también sean inciertas.

Que para Carlos Fuentes no haya habido ningún fraude el 2 de julio tiene la relevancia de sólo una opinión individual, pero ya los hechos le darán respuesta al narrador que cada vez más se acerca a las posiciones de su homólogo el ex peruano Mario Vargas Llosa, los dos miembros distinguidísimos del “boom” literario latinoamericano del siglo pasado. Y deberían él y otros tratar de vivir en el siglo XXI, para descubrir que ya nuestros pueblos -aun en medio de tropezones y descarríos- están despertando del engañoso letargo de la democracia formal, que sólo es una democracia censitaria, hecha por todos pero trucada para placer y beneficio de unos cuantos.

La construcción de la nueva República por medio de cauces pacíficos y mecanismos de Resistencia Civil, objetivo de la Convención Nacional democrática.

Benedicto Ruiz Vargas.

Con el fraude electoral y la campaña de odio contra los sectores pobres de México o contra las fuerzas representativas de la izquierda, con la intervención facciosa de la presidencia, las cúpulas empresariales y el papel descarado de los medios a favor de un candidato y el papel vergonzante del IFE y del TEPJF, el país quedó partido en dos partes, conformando una división que difícilmente podrá resolverse en los próximos años.

La fractura, sin embargo, no es de ahora.
Lo que en realidad estamos viendo en esta coyuntura política y social es un país que se fue fragmentando durante los últimos 15 ó 20 años (si no es que antes) como resultado de las políticas neoliberales que, en lugar de traer beneficios para toda la población, polarizaron aún más a la sociedad creando enormes bolsones de pobreza por un lado y, por otro, una riqueza concentrada groseramente en unos cuantos.

Paralelamente a este proceso, el país ha vivido durante este tiempo otro fenómeno igual de perverso: la concentración del poder político en unas cuantas camarillas, unas incrustadas en los partidos políticos que entraron desde hace algunos años en el reparto pragmático de cargos y puestos en los gobiernos y los órganos legislativos; otras en los sindicatos más corruptos del país (cuyo ejemplo más notable es Elba Esther Gordillo), algunas más en las cúpulas de los organismos empresariales que tramitan concesiones favorables a sus intereses y, por último pero no al final, el papel despótico de los dueños de los medios de comunicación electrónicos.

Lo que generaron estos grupos de poder, además de las dirigencias pragmáticas de los partidos, fue una profunda fractura en la sociedad mexicana.

En un lado una elite rapaz en los puestos clave de las decisiones nacionales, con un control casi absoluto en el movimiento de las camarillas, y por otro una enorme masa de población excluida y sin acceso a los benefactores más básicos como la vivienda, el trabajo, la salud y la educación, esto para no hablar de los grupos más desprotegidos como los indígenas, los niños y los ancianos.La herida abierta por esta polarización pudo sobrellevarse sin muchos contratiempos o sin conflictos políticos mayores, porque todo el entramado de componendas e intereses formado por las elites, con sus grados de corrupción, tráfico de influencias e impunidad, fue aceitado perfectamente con el mecanismo de la “democracia electoral”, la participación en las urnas, las nuevas leyes electorales y órganos “independientes” en la calificación y escrutinio de los votos, pero también con el espejismo que ha representado hasta ahora la alternancia política.

La “transición a la democracia” como se dijo por muchas voces, había creado el marco indispensable para una disputa por el poder de manera civilizada y con reglas claras aceptadas por todos. Ya no había un partido único y hegemónico, sino varias fuerzas que competían de forma más o menos equitativa por los espacios del poder político. El camino estaba despejado para que fuera la voluntad de los ciudadanos la que decidiera la suerte de los partidos en cada elección; serían ellos y nadie más donde estaría depositado el poder real para decidir la suerte de México. El fraude o el engaño eran cosas del pasado.

Lo que fractura al país en esta elección, aparte de la campaña de odio, es que todo este entramado electoral, jurídico y político que sirvió para regular las elecciones y la lucha por el poder entre las elites, quedó desfondado con la intervención facciosa de los grupos, la presidencia, los medios y la actuación parcial de los instancias electorales; mostrando que lo que en realidad había era una democracia controlada y puesta al servicio de los intereses más poderosos del país.

Ante el inminente peligro de ser desplazados por una fuerza distinta que se atrevió a poner por delante las demandas y necesidades de los más pobres, las elites reaccionaron con violencia y no tuvieron ningún empacho en atropellar lo que ellas mismas habían puesto como ejemplo de civilidad y democracia.

Para una gran parte de la sociedad mexicana no es sólo el fraude electoral lo que ha generado indignación e impotencia, sino el haber descubierto que todo el orden institucional del país está construido para beneficiar sólo a algunos y oponerse a las demandas de la mayoría. Haber descubierto, en suma, que las incipientes ganas de creer en la democracia y en una mayor equidad en la conquista por el poder, fueron enlodadas sin pudor alguno por las mismas camarillas que han secuestrado al país desde hace años.

Este es realmente el saldo de la elección y el detonante de un movimiento social y político que tomará como su coordenada principal la premisa anterior.

Así lo señala ya el objetivo de la Convención Nacional Democrática; “sentar las bases para iniciar el proceso de construcción de una nueva República”, adoptando cauces pacíficos y mecanismos de resistencia civil.

En un país fracturado por las elites y el uso faccioso de su poder, surgirá seguramente, una nueva fuerza política que cuestione y se oponga de manera organizada al entramado institucional que aquellas han construido para su beneficio. Ya veremos.

Correo electrónico: benedicto@tij.uia.mx
El autor es analista político e investigador de la UIA Tijuana.
www.Frontera.info

La gran mentira y las alternativas de un México democrático.

Pablo González Casanova, Gilberto López y Rivas y Luis Hernández Navarro
Es indudable que México ha sido víctima de una elección fraudulenta que tiene el respaldo abierto de las grandes potencias encabezadas por Estados Unidos. Bajo la responsabilidad directa de Vicente Fox, ex gerente de Coca Cola; del gobierno que encabeza con antiguos empleados de compañías trasnacionales; del Partido Acción Nacional, controlado por quienes han traicionado sus propios proyectos de democratización; apoyado por los grandes patrones, los medios electrónicos y la gran prensa de México y el extranjero, el poder dominante ha impuesto como verdad la gran mentira de que Felipe Calderón -otro hombre de negocios público-privados- "triunfó" (mentira) en unas "elecciones transparentes" (mentira), que se niega a reconocer un líder "populista" (mentira), que "debería respetar las reglas de la democracia, y que por ambiciones personales no lo hace" (sarta de mentiras), el cual cuenta con el apoyo de "grupos de alborotadores que quieren imponer su voluntad sobre la de la mayoría, a los que alienta una "izquierda anticuada" que no corresponde a lo que (según ellos) debería ser "la izquierda moderna", y a quienes en realidad encabeza una plebe que ignora lo que es la democracia y la ciudadanía (sarta de mentiras de "segundo orden" en que se pretende "representar" lo que el depredador está usurpando).

En realidad, la gran mentira sobre los resultados electorales de 2006 oculta el proyecto de saqueo del petróleo y otros recursos naturales; la privatización de la electricidad y los servicios de salud y seguridad social, así como un nuevo aumento a la carga impositiva que pesa sobre la población de escasos recursos y sobre los pobres de México.

La gran mentira es parte de un proyecto de conquista y colonización del mundo, en que a las murallas de Jerusalén se añaden otras, como las que está construyendo el gobierno de Estados Unidos en más 3 mil kilómetros de la frontera con México. Esa muralla no sólo se construye tras el saqueo a que fue sometida la República Mexicana por Estados Unidos con el llamado Tratado de Libre Comercio de América del Norte; es también un claro indicador de las medidas complementarias con que la mismas fuerzas piensan ahora empobrecer todavía más al país y arrebatarle el resto del capital nacional y social que genera empleos.
La inmensa muralla que levanta Estados Unidos en la frontera con México corresponde a la decisión de reprimir "a como dé lugar" ("as necessary") a los millones y millones de mexicanos y mexicanas sin trabajo que pretendan salir de la ratonera de inseguridad, insalubridad, analfabetismo y miseria en que muy bien saben que van a convertir a México, como "efecto lateral" del gran saqueo y represión que ya anuncia el presidente electo por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en discursos dizque "institucionales", "conciliadores" y "democráticos" que, como primera opción, parecen partidarios de un "saqueo legal y pacífico".

La gran mentira entraña también declarar una "guerra justa" al pueblo de México y a una ciudadanía que ha dado muestras de combatividad y creatividad ejemplares.

México, como ya ha ocurrido antes en su historia, está realizando una aportación notable a la historia universal. Hoy, el pueblo se encuentra en un proceso de redefinición de la democracia electoral. Al defender el voto como lo hace, bajo el clamor de "Sufragio efectivo y no imposición", lucha contra la democracia enajenada y por rescatar el poder del pueblo y la ciudadanía, que desde hace tanto tiempo detentan las mafias de las antiguas y nuevas oligarquías.

El pueblo mexicano también lucha (entre contradicciones) por estructurar su propio poder en formas no autoritarias, ni populistas ni totalitarias, y con profundo sentido democrático, nacional y de justicia social.
El voto, en un país de ciudadanos cuya inmensa mayoría está constituida por pobres y muy pobres, y por empobrecidos cada vez más numerosos, entraña un significado de libertad y justicia.

El voto, en un país de pobres no puede elegir -y no eligió- a un abierto representante de las mafias político-económicas del gran capital y las potencias imperialistas, que ayer como hoy atacan al pueblo y la ciudadanía de México desde Estados Unidos, España y Francia.

En las elecciones de 2006, Andrés Manuel López Obrador, para millones de mexicanos, ofrece una esperanza nacional y social frente a la abierta y agresiva amenaza de quien antes de llegar a la Presidencia usurpada, como Felipe Calderón, ya prometía entregar todo lo que él y los suyos no han podido malvender de México a las megaempresas imperiales y sus asociados y subordinados locales.

No cabe la menor duda de que el voto de la ciudadanía fue favorable a Andrés Manuel López Obrador. Defender su triunfo ha sido tarea de un pueblo pobre, de una ciudadanía de pobres apoyados por inmensos sectores de las clases medias empobrecidas, todos animados por los valores de la libertad, la justicia y la soberanía.

Las protestas y manifestaciones contra el fraude están redefiniendo el proyecto de Nación por miles y millones de habitantes.

Protestas y manifestaciones han puesto al orden del día la necesidad de llevar a la práctica una revolución democrática y pacífica que, partiendo de una democracia auténticamente representativa, se fortalezca con una democracia participativa y con una democracia de autonomías, cuya articulación permita organizarse desde los gobiernos locales hasta el nacional, con posibilidad de ampliaciones regionales y universales, objetivos que desde el siglo XIX hasta nuestros días se han planteado los pueblos mestizos e indígenas de México y América Latina y sus grandes líderes, desde Hidalgo, Bolívar y San Martín.

El nuevo movimiento ha redefinido la lucha. En su profundización, Andrés Manuel López Obrador ha mostrado innegable capacidad de liderazgo, que le ha permitido seguir las demandas del pueblo y de la ciudadanía. Tomarlas en cuenta para encauzar los nuevos pasos requiere una organización ciudadana que mantenga su autonomía y señale el rumbo del proceso.

En medio de contradicciones que un movimiento tan amplio entraña, el conjunto del actual proceso histórico revela, día a día, la creciente presencia del pueblo pobre y de las fuerzas progresistas y revolucionarias de México. De la resistencia muchos son los que han pasado a planteamientos que renuevan los grandes episodios de la historia nacional, desde la lucha de Benito Juárez contra los "imperialistas" y "retrógrados" de su tiempo, pasando por las de los revolucionarios que en Aguascalientes convocaron a una Convención Constituyente con las fuerzas de los más pobres entre los pobres, hasta las luchas representadas por la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO).

La historia se recrea, no se repite. En su recreación hace suyas las luchas del movimiento más avanzado de los pueblos de México, la de los pueblos indios encabezados en gran medida por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hoy también organizados en el Congreso Nacional Indígena (CNI). Que los zapatistas busquen mantener la autonomía de su movimiento merece gran respeto. No los mueven razones o sentimientos mezquinos, y quienes así lo creen están muy equivocados. Desde las luchas por la Independencia de este país, en l810, todos los movimientos populares han convocado a los indios a la hora de las batallas y los han traicionado u olvidado a la hora de los triunfos. Los zapatistas de ayer y de hoy han vivido en su propia vida y en la de sus hijos el amargo sabor de la traición. Comprender y respetar su decisión de seguir su marcha -que es la nuestra- es una obligación fundamental, mínima, para la formación de un bloque histórico en México.

Hacer que las promesas de hoy se cumplan hoy, al iniciar los trabajos de la Convención Nacional Democrática (CND), no sólo consiste en formularlas verbalmente o en convocar a los pueblos indios a que participen. Consiste en el compromiso práctico de darles un lugar de mando en todas las decisiones nacionales, en demostrarles día a día que no se negocia con ellos para cooptarlos, que se asume con ellos la necesidad de incluirlos en las grandes decisiones con todos los pueblos y ciudadanos de México. Significa poner en práctica los acuerdos de San Andrés y reconocer el esfuerzo de unidad y representatividad del Congreso Nacional Indígena. Debemos respetar nosotros los acuerdos de San Andrés para que los respeten los demás. Precisar que son producto del consenso y la consulta amplia y representativa.

Los suscritos -adherentes de la otra campaña- consideramos que el EZLN ha planteado una nueva lucha desde lo local hasta lo global, al iniciar el nuevo movimiento por la autonomía de los pueblos indios, y por su articulación con los pobres entre los pobres, en un proyecto profundo anticapitalista. Ha hecho ver, con razón, que en más 500 años de desarrollo, ese modo de dominación y acumulación, movido por la lógica de las utilidades y el enriquecimiento personal o corporativo, siempre y en todas partes ha subdesarrollado un mundo periférico, marginado, excluido, superexplotado, hoy en gran parte sujeto a políticas de exterminio y saqueo.

Plantear desde ahora la necesidad de construir un sistema alternativo anticapitalista no debe ocultarnos, sin embargo, lo que está al orden del día en las luchas del pueblo mexicano y de muchos pueblos del mundo: construir con la democracia de las autonomías y de la dignidad una verdadera democracia de los pueblos, con los pueblos y para los pueblos, que ponga como uno de sus objetivos centrales la inclusión de los trabajadores organizados y no organizados, formales e informales, manuales e intelectuales en la toma de decisiones, así como el respeto a las distintas religiones, ideologías, civilizaciones, identidades, para una política en que las contradicciones en el interior del movimiento lleven cada vez más a la práctica de la libertad y de la justicia con respeto a los demás, y con un programa que incluya expresamente los principios no negociables.

Saber unirnos en medio de la diversidad es nuestro gran reto personal y colectivo. Lograr en la convención la unidad en la diversidad será su primer logro para el triunfo.
(Con información de los periódicos La Jornada, el Universal, Diario del pueblo, Diario Libertad y el blog sendero del peje).