22.9.06

Juventud pensante


Cinco mil Oaxaqueños Marchan al DF


Para que los capitalinos no se vayan con la publicidad negativa que ya empezaron a hacer los medios de comunicación, publicamos una breve semblanza de lo que ha sido ese movimiento.
Démosle a la Oaxaca rebelde un abraso de solidaridad popular

Por Encendiendo Conciencias

La represión del 14 de junio pasado al pueblo de Oaxaca fue la respuesta del gobierno estatal a la demanda del magisterio de rezonificación por vida cara. Es decir, los maestros pedían que se aumente su salario ya que en Oaxaca, al ser un estado turístico, la comida, la vivienda, los servicios y la vida en general es más cara.

El gobierno estatal intentó desalojarlos de las 55 calles del centro de la ciudad que mantenían ocupadas los profesores de la sección XXII del SNTE. Desde ese momento la lucha ya no fue sólo de los maestros, se volvió la lucha de todo el pueblo en contra del gorila de Ulises Ruiz Ortiz (URO), y por la construcción de soluciones desde abajo, a los problemas más apremiantes de la población oaxaqueña. Profesores, estudiantes, obreros, amas de casa, campesinos, indígenas, enfermeras, doctores, y muchos sectores más del pueblo de Oaxaca y del país exigen la renuncia de URO.

Esta acción fue el detonante para que se expresara el descontento que por años el pueblo ha ido acumulando: el saqueo de sus recursos naturales por parte de los dueños del dinero, la explotación, la miseria, el autoritarismo, la represión. Y todo eso fue profundizado por Ulises Ruiz desde que llegó a la gobernatura, hace 18 meses, con un fraude electoral de por medio.
Para darle estructura, dirección y organización a su movimiento, todos los que ya habían sido agredidos por URO, y prácticamente todas las organizaciones sociales de Oaxaca y el pueblo en general decidieron conformar la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), para desde ahí dar cause a todo este descontento e ir creando por la vía de los hechos su propio poder, el poder del pueblo.
Las movilizaciones fueron en ascenso: bloqueos de las sedes de los tres poderes del estado, de la Secretaría de Economía, de Turismo, tomas de decenas de municipios y oficinas gubernamentales, cierre de juzgados, de carreteras, y algo sin precedente: la toma de todas las radiodifusoras y del canal 9 de la televisión del estado, usándolos para lo que deben de servir, para informar al pueblo, al contrario de lo que hacen el gobierno y las cadenas privadas. Y por supuesto, las cinco mega marchas que demuestran además de la fuerza popular que el movimiento ha cobrado, el respaldo y la solidaridad que han recibido por parte de otras organizaciones, no sólo de Oaxaca, por ejemplo los estudiantes de la UNAM y los campesinos de Atenco, que se han hecho presentes en algunas de estas movilizaciones.
El descontento crece día a día, el movimiento se fortalece, se organiza, resiste y construye. Han llegado a bloquear prácticamente toda la capital y ante los actos de provocación y represión del gobierno, han formado su propia policía comunitaria que es la que se encarga de levantar las barricadas por las noches para resguardar a la población de los pistoleros enviados por URO, que ya han asesinado a dos compañeros. Boicotearon la Guelaguetza de los ricos y organizaron una popular con sus propios recursos, que fueron suficientes para regresar esta fiesta a sus creadores y dueños: las comunidades, el pueblo, y rindieron informe de cuanto se gastó en ella, todo lo contrario a la que es organizada por el gobierno y los empresarios.
A más de 100 días de lucha han logrado establecer una relación de fuerzas favorable al movimiento. Han sacado a Ulises del estado, el exgobernador (como le dicen en Oaxaca) es ya un cadáver en plena putrefacción, que da patadas de ahogado. URO ya no manda en Oaxaca, prueba de ello es que no pudo poner un solo pié en el palacio de gobierno para dar el grito, despacha desde hoteles de la Ciudad de México.
El movimiento ha establecido todas las condiciones necesarias para tirar a Ulises Ruiz, y la demanda ha ganado legitimidad en muchas partes del país. Lo que nadie puede negar es que es evidente que a URO no lo quieren en Oaxaca. ¿Por qué entonces no ha caído? Lo único que lo mantiene en la gobernatura es la alianza PRI- PAN. Recientemente, los senadores de esos partidos se negaron a crear una comisión de la cámara que atienda el problema e inicie los trámites para declarar la desaparición de poderes en Oaxaca, lo que significaría la caída de Ulises Ruiz. El argumento que utilizan los senadores, el gobierno federal y los medios de comunicación es que con la caída del gobernador gorila se violentaría el "estado de derecho". Pero el propio Ulises, bastante más burdo, lo dice con más claridad: "si caigo yo, el próximo es Calderón" .
¡Vaya claridad la del exgobernador!, sabe que a Calderón le ha salido ya bien caro su fraude, y no quieren que quede sentado el precedente de que con la movilización del pueblo es posible echar a los gobernantes espurios. Y por supuesto que ante esta disyuntiva, a Calderón le es de suma importancia mantener a URO "en el poder", aunque sea simuladamente, despachando en hoteles del DF.
Ellos son los que se niegan a dar alguna solución. En la mesa de negociación que ha entablado la APPO con la Secretaría de Gobernación, se han puesto miles de trabas para resolver el conflicto. Pero este pueblo digno y combativo no se calla y lo dice fuerte y claro: ¡ la salida de Ulises Ruiz no está a negociación !
Se ha desatado una campaña para desprestigiar y amedrentar todas las acciones que lleva a cabo la APPO, en especial el plantón: "secuestradores, violentos, bárbaros, necios, son guerrilleros". Los empresarios también están metiendo sus manos, pagando spots que criminalizan a los profesores y a las organizaciones de la Asamblea Popular.
Como parte de esta campaña, tropas del ejército se han instalado en el estado e incluso funcionarios del gobierno de Oaxaca han llegado a los Pinos a solicitar a Fox que ya actúen dichas tropas, con o sin disfraz de la PFP, puesto que las provocaciones que han montado para avalar la represión no les han funcionado. Los intelectuales de arriba sugieren lo mismo, "para no heredarle el problema a Calderón", es decir, para que él no cargue con ese costo político.
Para los de arriba hay dos salidas, una, la represión que, dada la fuerza del movimiento, tendría que ser gigantesca y brutal. Y dos, decretar la desaparición de poderes en el estado, con la consecuente salida de URO y respetar la organización del pueblo de Oaxaca y a su APPO.
Cualquiera que sea la salida que adopten, a todos los de abajo toca rodear de apoyo y solidaridad al pueblo de Oaxaca. Porque cuando un movimiento no se rinde ni se vende, cuando se rodea del apoyo de todo el pueblo, ni la campaña de desprestigio, ni la represión son suficientes para derrotarlo.
Ahí está la UNAM pública y gratuita que defendieron los estudiantes CGH'eros, ahí están las tierras que defendieron los campesinos de Atenco. URO formalmente es el gobernador de Oaxaca, pero por la vía de los hechos no lo es más, pase lo que pase, decidan lo que decidan allá arriba, la APPO está dando un enorme ejemplo de lucha, de resistencia, de firmeza y dignidad a todos, para poder afrontar las luchas venideras.

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