20 de noviembre vs 1 de diciembre
Por Ricardo Andrade Jardí
Sea como sea, ya perdió el espurio, es decir, tendrá que entrar, el 1 de diciembre, por la puerta de atrás y salir por la misma puerta, la seguridad de ese grupo paramilitar que es, también, el Estado Mayor, desprestigio indiscutible del ejército mexicano, doblará en número a los invitados a la supuesta “toma de protesta” y probablemente a los integrantes de el devaluado Poder legislativo.
Fecal “tomará posesión”, no frente a un congreso de la unión, que por otro lado ya no representa más que a los intereses siniestros de los monopolios telecraticos y peor aún de los pederastas empresarios que financian la existencia ya absurda de los partidos políticos (la democracia simulada) dentro de un sistema donde el que manda es el poder del dinero y esté está en manos del narcotráfico y las redes de pornografía infantil, que con la venia de la oligarquía se reproducen por todos los rincones del país, bendecidos por Norberto Rivera y protegidos por Abascal, en representación del desgobierno del “cambio”.
Y aunque los analistas, “intelectuales” a modo, no lo quieran decir, quien pierde en realidad es México, pues desde el 2 de julio e incluso antes ya con la inmoralidad que implica el hecho de que el supuesto arbitro electoral contratara al cuñado de uno de los candidatos en disputa para proveer el programa de computo que daría los resultados electorales y que facilitaría (aún no sabemos por qué) el conocimiento de los datos del padrón electoral por parte de la empresa del cuñado, se dieron los pasos definitivos de la simulación republicana, llegando al punto kafkiano de que el tribunal federal electoral reconozca las inconsistencias, los abusos, los excesos y la inequidad del proceso, así como los cerca de un millón de votos de más o de menos y aún así calificara la elección como valida, creando el precedente de que en la democracia mexicana la tranza marca la regla y lo que menos importa es la voluntad popular.
Hoy México se debate entre dos imaginarios. El de la “Democracia Corporation S.A” que autoriza la apertura de bancos a Wal Mart, a pesar de ser está una de las empresas más violatorias de los derechos laborales, “democracia corporation” en la que Fecal intentará tomar protesta bajo el signo del miedo, que representa la ilegalidad de la imposición.
Y por el otro lado esta el México rebelde, el México de los que ya no tienen nada que perder y todo que ganar, el de los invisibles para “la luz” telecrática, que el 30 de julio movilizó a más de 2.5 millones de ciudadanos para exigir el ejercicio bien simple del voto por voto, al que curiosamente los demócratas de la “Democracia Corporation” se negaron, negando con esa acción la esperanza de construir dentro de la democracia representativa el ideal de alternancia democrática, develando, además, que el espíritu republicano no existe más en el imaginario de nuestras corruptas clases políticas, decadentes al extremo del senado romano de Julio Cesar, unos 50 años antes de Cristo, donde el derecho a la protesta era casi un crimen y el crimen del abuso sexual de niños y niñas “una virtud” de los corteses políticos al servicio del poder económico de la inmoralidad empresarial.
El lunes 20 de noviembre tomará posesión el gobierno legítimo de AMLO en una plaza pública y con el apoyo de millones de ciudadanos y no estará rodeado de paramilitares del Estado Mayor presidencial para hacerlo entrar y salir por la puerta de atrás, al contrario los millones de ciudadanos que hemos sido invisibles a los intereses de los monopolios televisivos, depositaremos en un gobierno legítimo la esperanza de refundación de la república desde la ética y la legitimidad y aunque ese gobierno legítimo desvíe, entre cantos de sirena, los objetivos por los que será instaurado, el movimiento ciudadano que no pertenece a los partidos políticos y que ha ya empezado el largo camino hacia la conquista de ese otro mundo posible, por el cual caminaremos, con el gobierno legítimo o sin él, con la CND o si ella, con la Otra o sin ella, con el Frente Amplio Progresista o si él.
Es el tiempo de la esperanza y el sueño y hoy como nunca los ciudadanos de a pie marcaremos el rumbo y nos haremos responsables de la historia y desterraremos el régimen de simulacro que el neoliberalismo nos impone, millones de ciudadanos hemos dicho basta y no nos detendremos en nuestra legítima y pacifica lucha de alcanzar una vida con dignidad y justicia.
Y mientras nosotros caminamos a nuestra cita con la historia, Fecal y la institucionalidad corrupta intentarán tomar (una golpista) protesta ante el Estado Mayor Presidencial, como icono de lo que hoy es la decadencia de nuestra inexistente alternancia democrática.
Es hora de decidir el México en el que queremos reconocernos el del 20 de noviembre o el del 1 de diciembre, en el de la dignidad rebelde o el de los legisladores pederastas (abusadores sexuales de niños y niñas), en el de la legitimidad ciudadana o el de la institucionalizada ilegalidad corrupta.
Por Ricardo Andrade Jardí
Sea como sea, ya perdió el espurio, es decir, tendrá que entrar, el 1 de diciembre, por la puerta de atrás y salir por la misma puerta, la seguridad de ese grupo paramilitar que es, también, el Estado Mayor, desprestigio indiscutible del ejército mexicano, doblará en número a los invitados a la supuesta “toma de protesta” y probablemente a los integrantes de el devaluado Poder legislativo.
Fecal “tomará posesión”, no frente a un congreso de la unión, que por otro lado ya no representa más que a los intereses siniestros de los monopolios telecraticos y peor aún de los pederastas empresarios que financian la existencia ya absurda de los partidos políticos (la democracia simulada) dentro de un sistema donde el que manda es el poder del dinero y esté está en manos del narcotráfico y las redes de pornografía infantil, que con la venia de la oligarquía se reproducen por todos los rincones del país, bendecidos por Norberto Rivera y protegidos por Abascal, en representación del desgobierno del “cambio”.
Y aunque los analistas, “intelectuales” a modo, no lo quieran decir, quien pierde en realidad es México, pues desde el 2 de julio e incluso antes ya con la inmoralidad que implica el hecho de que el supuesto arbitro electoral contratara al cuñado de uno de los candidatos en disputa para proveer el programa de computo que daría los resultados electorales y que facilitaría (aún no sabemos por qué) el conocimiento de los datos del padrón electoral por parte de la empresa del cuñado, se dieron los pasos definitivos de la simulación republicana, llegando al punto kafkiano de que el tribunal federal electoral reconozca las inconsistencias, los abusos, los excesos y la inequidad del proceso, así como los cerca de un millón de votos de más o de menos y aún así calificara la elección como valida, creando el precedente de que en la democracia mexicana la tranza marca la regla y lo que menos importa es la voluntad popular.
Hoy México se debate entre dos imaginarios. El de la “Democracia Corporation S.A” que autoriza la apertura de bancos a Wal Mart, a pesar de ser está una de las empresas más violatorias de los derechos laborales, “democracia corporation” en la que Fecal intentará tomar protesta bajo el signo del miedo, que representa la ilegalidad de la imposición.
Y por el otro lado esta el México rebelde, el México de los que ya no tienen nada que perder y todo que ganar, el de los invisibles para “la luz” telecrática, que el 30 de julio movilizó a más de 2.5 millones de ciudadanos para exigir el ejercicio bien simple del voto por voto, al que curiosamente los demócratas de la “Democracia Corporation” se negaron, negando con esa acción la esperanza de construir dentro de la democracia representativa el ideal de alternancia democrática, develando, además, que el espíritu republicano no existe más en el imaginario de nuestras corruptas clases políticas, decadentes al extremo del senado romano de Julio Cesar, unos 50 años antes de Cristo, donde el derecho a la protesta era casi un crimen y el crimen del abuso sexual de niños y niñas “una virtud” de los corteses políticos al servicio del poder económico de la inmoralidad empresarial.
El lunes 20 de noviembre tomará posesión el gobierno legítimo de AMLO en una plaza pública y con el apoyo de millones de ciudadanos y no estará rodeado de paramilitares del Estado Mayor presidencial para hacerlo entrar y salir por la puerta de atrás, al contrario los millones de ciudadanos que hemos sido invisibles a los intereses de los monopolios televisivos, depositaremos en un gobierno legítimo la esperanza de refundación de la república desde la ética y la legitimidad y aunque ese gobierno legítimo desvíe, entre cantos de sirena, los objetivos por los que será instaurado, el movimiento ciudadano que no pertenece a los partidos políticos y que ha ya empezado el largo camino hacia la conquista de ese otro mundo posible, por el cual caminaremos, con el gobierno legítimo o sin él, con la CND o si ella, con la Otra o sin ella, con el Frente Amplio Progresista o si él.
Es el tiempo de la esperanza y el sueño y hoy como nunca los ciudadanos de a pie marcaremos el rumbo y nos haremos responsables de la historia y desterraremos el régimen de simulacro que el neoliberalismo nos impone, millones de ciudadanos hemos dicho basta y no nos detendremos en nuestra legítima y pacifica lucha de alcanzar una vida con dignidad y justicia.
Y mientras nosotros caminamos a nuestra cita con la historia, Fecal y la institucionalidad corrupta intentarán tomar (una golpista) protesta ante el Estado Mayor Presidencial, como icono de lo que hoy es la decadencia de nuestra inexistente alternancia democrática.
Es hora de decidir el México en el que queremos reconocernos el del 20 de noviembre o el del 1 de diciembre, en el de la dignidad rebelde o el de los legisladores pederastas (abusadores sexuales de niños y niñas), en el de la legitimidad ciudadana o el de la institucionalizada ilegalidad corrupta.
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